Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas. Madrid-España

El trastorno de déficit de atención/hiperactividad (TDAH) es la alteración del neurodesarrollo más frecuente en la población infantil. El TDAH es un trastorno muy heterogéneo desde el punto de vista clínico. El diagnóstico debe basarse en la presencia de los criterios clínicos, que reconoce tres presentaciones: con síntomas que engloban todos o parte de los tres grupos de síntomas típicos:

  1. El déficit de atención, la hiperactividad y la impulsividad
  2. El de predominio hiperactivo-impulsivo, que reconoce solo los dos últimos síntomas y,
  3. El subtipo inatento TDA, «sin la H de hiperactividad«, que puede cursar sin síntomas de hiperactividad y de impulsividad, cumpliendo tan solo criterios de falta de atención.

Es evidente que muchas personas con importantes problemas para concentrarse NO son hiperactivas. Hasta hace poco tiempo el diagnóstico ni siquiera se planteaba en aquellos niños que no eran hiperactivos o problemáticos y en consecuencia, muchos sujetos con TDA, especialmente las niñas, no eran diagnosticados.

Mientras que los niños con TDAH pueden llegar a padecer una inquietud «frenética», un porcentaje significativo de los niños con TDA son exactamente lo contrario: lentos y tranquilos. Además, con mayor frecuencia se trata de niñas. Mientras que muchos niños con TDAH manifiestan problemas sociales debido a su impulsividad (zancadillas, coger las cosas sin permiso, etcétera), algunas niñas con TDA tienden a tener problemas sociales debido a su falta de iniciativa, pasividad o timidez y tienen una elevada predisposición a la ansiedad, por eso muchas veces no son estudiadas hasta la época adolescente, puesto que no manifiestan problemas de conducta especialmente preocupantes.

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